​El cliente requirió el uso de un copo de nieve como elemento principal para la imagen, así que el reto del proyecto fue adaptar una figura con tantos elementos gráficos y transformarlo en un logotipo corporativo manteniendo la identidad navideña sin tener que llegar a la ilustración. 

​La solución a esta premisa fue simplificar el cristal de agua, realizando abstracciones del mismo y jugando con los elementos que lo conforman en positivo y negativo, hasta llegar a una variedad de figuras, manteniendo la esencia del copo. Con estos elementos pudimos desarrollar el patrón. 

​La paleta de colores se inspiró en la festividad eligiendo una combinación de verde esmeralda y plateado, que no solo hacen referencia a la navidad y la nieve, sino que le dan un toque elegante, moderno y amable a la marca.